En el camino me preguntan a veces si me entrenado antes de ir en un viaje de ciclismo. No realmente. Bueno, sigo corriendo en las colinas de dos veces por semana como “ de la pierna de mantenimiento ”, pero ninguna preparación en ciclismo.

Creo que hacer 100km en un día no es gran cosa (muchos de los que dicen que ’ es imposible haría fácilmente en una carretera plana), y hacerlo cada día es más una preocupación de la mente que de las piernas.

Como la mayoría de mi equipo es nuevo, la preparación real es asegurarse de que ’ funciona como ’ supone que s o que se rompió y cambió rápidamente. Mi viaje de verano a Islandia se convirtió en una oportunidad para probar mi bicicleta en condiciones reales, con las bajas temperaturas y un segmento de 3 días no tiendas.

Salió bien, sobre todo porque Islandia es un país fantástico que me había estado atrayendo un buen rato. Después del viaje tuve que ajustar mi configuración: cambiar la rejilla delantera rota por el portador del avión, deshacerse del cargador solar y encontrar un reemplazo adecuado, tener un espejo retrovisor, piezas de Magura, estufa multicombustible, etc..

Cuando le di el aviso de tres meses de salida a mi trabajo y plana, comenzó la cuenta regresiva: sólo 3 meses intensos, mientras sigue trabajando y tratando de pasar un examen de lengua alemana, para encontrar a nuevos dueños para el piso y los muebles, para evaluar y cambiar de seguros, bancos, pension fund, para conseguir que falta equipo y hacer pruebas, para ordenar los 2 años de fotos, para configurar este sitio web (que no tiene nada que hacer (todavía) con las orcas), trazar una ruta y buscar información sobre visas y monumentos … ’ m mucho más ocupado con la evaluación del riesgo y mitigación que disfrutando de mis últimos días sedentarios. Y durante este tiempo, se acerca noviembre y ’ s enfría mucho. Vi a gente llevando su snowboard en la estación principal, ’ es una señal de que me llevaría normalmente excitado, pero esta vez me ’ m menos entusiasta sobre la nieve …