Me veo obligado a despertar a las 8, durante mi dormido media hora entre la alarma de 7:30 y de 8:30: un perro salta en mi tienda, un pequeño poste cae pero es suficiente para tener la mitad del techo de la tienda hacia abajo. Llovió durante la noche, el agua se infiltra rápidamente y estoy en modo de emergencia para embalar el saco de dormir y antes de que se moje la estera. Los perros son realmente las criaturas más molestas, si no el más estúpidas, que tengo que tratar en el camino. Ese es también el inconveniente de dormir o en bicicleta cerca de los asentamientos, pero no puedo evitar que cada día.

Un desayuno de pizza y un croissant de chocolate (el primer español que tengo no es demasiado seco) más tarde, estoy en el camino. Tengo en mente un itinerario de pequeños caminos que me conducen a la costa. Primero cruzo Santa Barbara, bienvenida por una estación de gasolina y una fábrica de cerámica y continuar en Godall y Ulldecona.

Las laderas de las carreteras están decoradas con campos naranjas interminables. Como ayer, los árboles están bordeando la carretera y sólo tengo que levantar la mano para recoger una naranja. Después de tratar de pelar con los dientes (me rocía jugo en los ojos), pelar con dos manos en un lado del manillar (haciendo la bicicleta bastante inestable), encuentro que la mejor manera es pelar las naranjas en una mano, con el pulgar. Pero realmente depende de las naranjas, algunos se despega fácilmente, otros no. Y mi mano derecha fue entrenada en la India para cortar chapatis y otros alimentos por sí mismo, por lo que los dedos recuerdan cómo operar en sincronía con los demás.

Me gusta comer (o hacer cualquier otra cosa) mientras anda en bicicleta, todavía en movimiento. Recuerdo que en Tailandia estaba de gira con una mamachari y una alforja en el frente. Podía meter cualquier cosa debajo de la red, tenía un mapa, frutas frescas, botellas de coca con pajitas, y no necesitaba poner un pie en el suelo.

Después de la primera impresión positiva de tener naranjas gratis en cualquier momento en mi camino, empiezo a sentir malas ver miles de ellos en el suelo, caída de las ramas de los árboles bajo el peso de los frutos de doblez. Habrá algunos puntos de la ruta donde vas muriendo de hambre y tendrá que esperar a llegar a un pueblo, mientras que aquí es como una línea continua de comida gratis. Yo ya estoy haciendo una sobredosis naranja y no puede tomar muchas más.

Cuando no estoy rodeado de naranjas, soy campos de cruce de Olivos (pero las frutas no son buenas para comer directamente del árbol). Algunos tienen más de 1000 años y hablan de la larga historia de la explotación de la tierra.

En la estrecha carretera de Godall a Ulldecona, me permito un placer costoso: puse en música. Digo costosa porque es un desperdicio de electricidad que podría necesitarse más tarde a cargo mi GPS o las pilas de la cámara, pero se de también especial para estar en un camino solitario con sin viento y sin ruido, sólo mis ruedas y la música que puse en la audición.

Allí me encuentro a un campo con las mejores naranjas (sin semillas en absoluto, la cáscara casi no atado a la silla de la fruta y caerse fácilmente). Empacar el espacio en el búfer de una alforja con ellos.

Llego a la costa por primera vez en Vinarós. Es la primera vez que mi bicicleta ve el mar, halaba evitarlo con éxito hasta ahora gracias a las carreteras de montaña. Prefiero las montañas al mar de lejos, pero es hermoso ver este plan de agua infinita. Se siente como un "pequeño final" en cierto modo, por poner un límite a una de mis direcciones. El "gran final" será cuando 350o de mi campo de visión esté ocupado por el agua.

El cielo es gris y recibo salpicaduras de vez en cuando. Ya que progreso bastante bien hoy, estando en una tierra plana, me detengo en un restaurante en la próxima ola de espolvorear. Sucede en Benicarló con el menú du jour. Tengo una comida de 3 platos por 8,50 euros, una buena oferta. Ya que siento que estoy quemando al instante todo lo ingerido, como todo en la mesa, pan, aceite, limón, mayonesa, aceitunas, etc. Volveré a tener hambre en menos de 2 horas de todos modos. Lo que estupí para terminar es la botella de vino que viene incluida en el menú 8.50 ... pero después de todo, si los mineros y los agricultores tenían una botella para el desayuno antes de ir a su turno de 12 horas, puedo hacer lo mismo.

I pedir prestado un poco de papel higiénico demasiado y terminar mi comida viendo la habitual mala noticia en la TV: robos, discursos de Rajoy, Chavez, Tom Cruise en España, viento de velocidad superior a los 160 km/h en Galicia y País Vasco... pero no me impide salir otra vez bajo la lluvia de luz hasta Peñiscola.

Esta parte de la costa es aparentemente muy turística, pero parece muerto para mí ahora. Está lloviendo, ninguna de las tiendas de souvenirs están abierta, es gris... No parar en Peñiscola y siga recto hasta el Parque Nacional de Serra d ' Irta. Es que bordean el mar y es descendiese sólo a través de un camino de grava.

El parque está desierto y agradable. Hago mi camino lentamente y con seguridad en el camino de grava durante los 10 kilómetros hasta la siguiente ciudad y la resurrección de la carretera pavimentada. Sin embargo, mientras veo un arco iris perfecto que va de tierra en mar, me doy cuenta de que ya son las 5 pm. Tiempo volado y tengo que salir rápidamente del parque, en el que el camping está prohibido (también, mi tienda está mojada, así que tampoco me gusta la idea). Pero la noche me está alcanzando. Una bonita puesta de sol me dice que encuentre un refugio, ya que el camino de grava no me permite salir del parque. Al anochecer, también es inconveniente para el ciclo, hay enormes baches que veo en el último momento, y podría dañar algo.

Encontrar una casa con un porche que construir una pequeña casa, en el mismo momento que la lluvia comienza de nuevo. El viento también entra en el juego, se seca mi tienda, colgado en el techo, muy rápidamente. Es de 14 ° C en mi termómetro, el viento está caliente y se siente bien ser cómodo fuera, a pesar del viento y no tienen que vestir con toda mi ropa y ocultar en algún lugar hasta la mañana siguiente.

Tenía aproximadamente 200 km de Costa para desplazarse hasta Valencia y ayer sólo 85. Luego calculo 115 km para el día, y debe ser factible si el cielo permanece seco. Me levanto, terminar mi tramo de carretera de grava y desayunar en Alcossebre.

Me camino a través de una mezcla de campos y ciudades fantasma. Algunas carreteras son buenas, algunas otras son malas, pero como todo el tráfico parecen estar condensados en la carretera cercana, estoy la mayor parte del tiempo a la izquierda solo en el asfalto.

Llego a una tierra habitada de campings, y me permite llenar mis botellas de agua. Es extraño, de repente, muchos campamentos juntos. Durante una charla rápida con un propietario, me dice que la vía verde (ruta ciclista) que yo aunque sólo largo de 10 km, en realidad va hasta Valencia. ¡Así que debería tener una carretera sin coches hasta el final! Bueno, aún queda cerca de 100 km.

En el camping también, escucho a la gente hablar en alemán. Parece casi un hermoso idioma después de haber oído demasiado alemana. E incline: tal vez explica por qué todos los ciclistas que estaba viendo recientemente ’ t respuesta a mi “ hola ” s.

Junto a los campamentos, unos cientos de metros más lejos, caigo en una escena extraña. El camino es largo, rectilínea y ancha. Demasiado ancho para estar aquí, más bien parece una vieja avenida de una gran ciudad. Pero está bordeada por edificios residenciales, muchos de ellos. Todos mirando vacíos. No puedo decir si están abandonados, o siendo construidos, o simplemente construidos pero aún no abiertos. La tranquilidad del lugar realmente contrasta con esas enormes instalaciones, justo al lado del mar.

Realmente parece un barrio feo y vacío. Aprendo más tarde que este residencial complejo Marina d ’ o cerca de Oropesa, está más animada en verano. Sin embargo fue construido recientemente con especulaciones sobre la economía de vivienda y Turismo, haciendo una fea criatura concreta que aparecen en la costa en el momento equivocado. Encontré este artículo dura[fr] tratar los residuos de vivienda en la comunidad valenciana.

Una vez fuera de este lugar surrealista, una vez fuera de Oropesa, me encuentro con la gente y la naturaleza de nuevo. De hecho, encuentro la vía verde de Benicassim por casualidad. Las indicaciones viales no son la especialidad de la región, pero cuando veo ciclistas a 2 metros sobre mi cabeza, justo al paso de mi carretera, lo entiendo. La vía verde es una antigua línea de ferrocarril convertida en un sendero para andar en bicicleta y a pie. Es muy bonito.

Después de Benicassim, me doy cuenta de que el resto del día será más difícil de lo esperado. El viento sopla contra mí, tengo 4 horas de luz diurna izquierda y más de 60 km para ir. Eso significa que gané ’ stop t para comer y tienen que poner más energía en mi bicicleta que mis piernas quieren poner.

El camino es largo …. muy largo. Disfruto mucho las instalaciones para los ciclistas: una pista separada por la carretera principal, con cruces especiales en cada rotonda. Se hace perfectamente para los ciclistas. No ’ tiene que pensar en el camino y llegar a Nules.

Ahí, mi vientre quiere comida, así que cruzo descuidadamente la ciudad hasta que encuentro una tienda abierta. Para mi sorpresa, no hay ninguno. Bien, es la mitad de la tarde, y todo está cerrado hasta las 17:00, así que conseguiré algo en la tienda de la gasolinera a la salida de la ciudad. Para mi sorpresa otra vez, también está cerrado. Es sábado ... y parece que si quería algo, tenía que buscarlo con insistencia en lugar de esperar a chocar con él.

Bueno, termino mis chocolates y sigo en el camino. La pista de ciclismo no reaparía a la salida de la ciudad y ahora estoy en una carretera nacional. Es muy amplio, pero no me causa tanta incomodidad porque el tráfico es muy poco. Los coches deben estar en la carretera paralela. Incluso hay ciclistas de carretera, señal de que no estoy completamente equivocado. Todos van mucho más rápido que yo y no me oyen cuando les pido la ruta ciclista hasta Valencia, que me mencionó anteriormente un gerente de camping. El único ciclista más lento que yo con el que puedo ponerme al día y hablar es un inmigrante ilegal de cuello azul de Mali. Tiene que recorrer un largo camino a casa, pero no sabe de las vias verde.

A pesar de presionar bien en los pedales, no soy allí todavía y salir de la carretera nacional cerca de Sagunto para volver a la costa y seguirla hasta Valencia. Estoy seguro de que ahora a llegar al atardecer y puede ’ t detiene a todos.

Me encanta tener Google Maps en mi teléfono refrescante y zoom en el área en que estoy. De esta manera, encontré una pequeña carretera oculta girando detrás de una planta de energía de gas a la salida de El puerto, después de “ No traspaso ” señales y un segmento de la carretera que mustn ’ t han sido utilizados en un tiempo … nunca habría imaginado que me llevaría a un pequeño pueblo de la costa y continuar allí, evitando las principales formas de tránsito un pero más lejos del mar. Lo dudo también es mencionado en los mapas locales.

El inconveniente es que no puedo previsión de lo que el camino se hará de. El sentido común dicta que si se ’ s alejado de todas las carreteras principales y no tiene conexiones de … podría ser de suciedad. Y eso es lo que está sucediendo ahora, en un squizzed de carretera de grava entre el mar y una zona de protección de aves, como un pantano gigante. Se pone peor cuando la grava se convierten en grandes rocas pulidas por el mar. Voy a llegar nunca a Valencia si esto continúa … pero mis mapas indican una zona residencial muy pronto.

Una vez dentro de las casas, el asfalto a aparecer y puedo velocidad otra vez contra el viento para llegar a la ciudad. Es noche de ahora y de mis pequeñas carreteras, puedo ver la luz y el ruido de la carretera en el fondo. Aprovecho la oportunidad de un último cruce de campo naranja para hacer un relleno de frutas, poner en mi chaqueta de seguridad y dirigirse hacia el único camino disponible a partir de ahora, un grande.

Es más que uno grande, en realidad es una carretera. No puedo (y no quiero) entrar en ella, pero tiene afortunadamente carriles de servicio en ambos lados, en una elevación más baja que la autopista en sí. Espero que esto me lleve hasta el norte de Valencia, donde Rómulo me está esperando.

No es tan simple en absoluto. De los muchos cruces, algunos están bloqueados (obras de carretera), y algunos me hacen hacer un largo desvío. En un momento tuve la oportunidad de encontrar un pequeño túnel de servicio pasando por debajo de la autopista para continuar mi camino. Sé que estoy muy cerca de la ciudad, pero la lucha sin fin contra el rompecabezas de las carreteras, algo que ya es molesto de día, se convierte en una pesadilla en este momento. Me pregunto muchas veces por qué no me quedé en la costa en los muchos lugares diferentes que serían muy adecuados para dormir durante la noche. Ahora que estoy en esa zona larga y antipática, ya no en el campo, pero aún no en el centro de la ciudad, no puedo parar y debo terminar con ella.

Fue escenario en 115 km para el día y ya estoy más allá de eso. I Cruz campos malolientes, un ferrocarril, áreas industriales, campos malolientes de nuevo y llegan a “ correcta ” Valencia después de 2 horas de la noche de viaje. Sin perderse, pero realmente subestima la distancia de dichas instalaciones suburbanas. Finalmente he terminado con el día después de más de 135 km, que fue demasiado y podría fácilmente han distribuido más de 2 días.

Cambio de un extremo a otro inmediatamente una vez llego a Romulo ’ s casa. Puedo descansar, ducha y comer y dejar de ver para coches en todo el mundo.

Me quedo al día siguiente en Valencia y un paseo en la ciudad y sus alrededores.

Valencia – ciudad de las Artes y la ciencia